La reflexión ética en cada etapa de la vida

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“Acompañar a personas con muchas necesidades de apoyo supone una incertidumbre constante, por eso es necesaria la ética, para tratar de acertar y tener herramientas para hacerlo respetando la dignidad”. Así se expresaba Susana Sierra, familiar de la asociación y miembro del equipo de ética de PAUTA en la conferencia  celebrada el pasado 11 de mayo en el salón de actos de la Fundación Once dentro del ciclo de conferencias sobre Envejecimiento Activo que organizan Plena Inclusión Madrid y Fundación Gil Gayarre y que fue moderada por Carlos Pérez, Director de PAUTA.

Xabier Etxeberría, catedrático de ética de la Universidad de Deusto, impartió una interesante ponencia titulada “CUESTIÓN DE ÉTICA – CÓMO DEBEMOS COMPORTARNOS CON LAS PERSONAS MAYORES EN PROCESO DE ENVEJECIMIENTO”. (Pinchando sobre  el enlace puedes descargar la ponencia completa).

Expuso varios conceptos clave como la fragilización de la autonomía en los procesos de envejecimiento, la necesidad de una individualización de los apoyos especialmente a medida que aumentan las necesidades y la interdependencia como parte de la vida en sociedad. Desde este concepto, la independencia será un ideal inalcanzable ya que siempre estamos interrelacionados y necesitamos a los otros para desarrollar nuestros proyectos personales, pero la dependencia es la necesidad de apoyo de los otros, nunca el sometimiento. Por esto, a la hora de apoyar y acompañar a las personas en sus procesos vitales es importante respetar su autodeterminación potencial (la que podría llegar a tener con apoyos) no la que tiene actualmente. Desde este concepto se concibe la destreza como el medio y la autodeterminación como fin.  En el apoyo diario destaca la importancia de las virtudes. Habla de este concepto como nuestras excelencias, que integran sentimientos y razón y nos hacen plenamente humanos. Las virtudes han de ser referencia decisiva ética y psicológicamente para el apoyo diario a las personas.

Seguidamente a su exposición, Susana Sierra, reivindicó la importancia de la reflexión ética en el día a día del apoyo y el acompañamiento a personas con muchas necesidades. Susana, compartió con los asistentes su emocionante experiencia acompañando a su hijo Guillermo, compartiendo anécdotas, como cuando se dio cuenta de que era un rockero y le gustaba ir con patillas; o cuando en la adolescencia tuvieron que acompañarle a que dejara su afición por los castillos hinchables para hacer actividades más apropiadas a su edad, como ir de tapas. Fue una exposición emocionante con reflexiones y dilemas éticos que le surgen y le han surgido a lo largo de la convivencia con su hijo.